Escrito por Emma Monteiro, nutricionista.

La nutrición de las cerdas es un pilar fundamental de la cría de cerdos, ya que afecta directamente a la salud, el crecimiento y la supervivencia de los lechones y, por extensión, a la productividad y eficiencia generales de la explotación.

Este artículo analiza cómo la optimización de la nutrición de las cerdas en etapas críticas durante la gestación y después del destete puede dar lugar a lechones más sanos y uniformes y, en última instancia, mejorar el rendimiento de la explotación. Desde abordar los retos que plantean las camadas más numerosas hasta comprender la importancia de la nutrición después del destete, estas ideas proporcionan orientación práctica para mejorar la producción de lechones y garantizar operaciones sostenibles.

La relación entre la nutrición de las cerdas y el peso al nacer

En los últimos años, la cría de cerdos ha experimentado una notable tendencia hacia camadas más numerosas. Si bien este aumento genera una mayor productividad, también plantea nuevos retos a los ganaderos. Las camadas más numerosas suelen provocar una mayor competencia por los nutrientes dentro del útero, lo que puede afectar negativamente al crecimiento de los lechones individuales.

El peso al nacer es un indicador clave del potencial de crecimiento y supervivencia de un lechón. Los lechones más pesados suelen crecer más rápido y tienen menores tasas de mortalidad, mientras que los que nacen con un peso inferior suelen tener un desarrollo más lento y ser más vulnerables a los problemas de salud. La nutrición es fundamental para mitigar este problema. Al proporcionar a las cerdas una dieta bien equilibrada durante la gestación, los ganaderos pueden garantizar que todos los lechones reciban los nutrientes adecuados para un desarrollo saludable, lo que se traduce en un peso al nacer más uniforme y camadas con un desarrollo más homogéneo.

La relación directa entre la nutrición de las cerdas y el peso al nacer pone de relieve la importancia de controlar cuidadosamente la dieta de las cerdas. Una nutrición adecuada permite a las cerdas cuidar mejor a sus lechones en desarrollo, lo que reduce los riesgos asociados al bajo peso al nacer y mejora la uniformidad general de la camada.

Retraso del crecimiento intrauterino en lechones

Uno de los retos más importantes relacionados con la nutrición de las cerdas es la aparición de lechones con retraso del crecimiento intrauterino (RCIU). Estos lechones, que representan entre el 6 % y el 10 % de la camada, nacen más pequeños y débiles, a menudo con el tracto gastrointestinal subdesarrollado, lo que dificulta su capacidad para consumir calostro y retrasa la maduración intestinal. Como resultado, los lechones con RCIU tienden a crecer más lentamente y son más propensos a morir, especialmente durante las primeras 24 horas de vida.

Figura 1: Diferencias morfológicas entre lechones normales y con RCIU. Fila superior: vista lateral de un lechón normal (izquierda) que muestra contornos faciales suaves y un hocico redondeado (líneas verdes), en comparación con un lechón con RCIU (derecha) con una cabeza distintiva en forma de «delfín», perfil cóncavo, nariz arrugada y hocico puntiagudo (líneas rojas y flecha). Fila inferior: vista superior de un lechón normal (izquierda) con una forma corporal ancha y recta (líneas verdes), en contraste con un lechón con RCIU (derecha) que presenta un cuerpo estrecho y lados cóncavos (líneas rojas y flechas).

Imagen original: PreventionWorks.info. (s. f.). Nutrición de las cerdas: su impacto en la uniformidad de las camadas de lechones y la eficiencia de las granjas. Obtenido de https://www.preventionworks.info/knowledge-hub/real-piglet-handbook/strong-and-active-piglets/strong-active-piglets-versus-intra

El suministro nutricional insuficiente durante la gestación es una de las principales causas de IUGR en los lechones. Cuando las cerdas carecen de los nutrientes adecuados, el crecimiento y el desarrollo de sus lechones se ve comprometido, lo que se traduce en un menor peso al nacer y un aumento de las tasas de mortalidad. Esta deficiencia no solo afecta a la salud y la supervivencia de los lechones individuales, sino que también crea una mayor variabilidad dentro de la camada, lo que reduce la productividad general de la granja.

Además del aporte nutricional, factores como la competencia por el espacio uterino y el desarrollo embrionario influyen significativamente en el riesgo de RCIU. El control nutricional en las primeras etapas es esencial para favorecer el desarrollo óptimo del embrión y crear un entorno favorable para el crecimiento.

Al abordar estos factores, los ganaderos pueden mitigar los riesgos de IUGR y producir camadas más sanas y uniformes. Las cerdas bien alimentadas están mejor preparadas para criar a sus lechones en desarrollo, lo que mejora tanto la salud de los lechones como la eficiencia general de la granja.

Desarrollo del embrión y la placentación: claves para la uniformidad de la camada

El desarrollo uniforme del embrión y la placenta es esencial para lograr resultados consistentes en las camadas. El desarrollo temprano del embrión, respaldado por un suministro adecuado de nutrientes, desempeña un papel crucial para garantizar una placentación adecuada (el proceso crítico para establecer la conexión entre el embrión y la pared uterina, que sienta las bases para el intercambio de nutrientes y oxígeno). El desarrollo adecuado de la placenta garantiza una distribución equitativa de los recursos entre los embriones, lo cual es vital para la homogeneidad de los lechones. Por lo general, los embriones que se desarrollan temprano forman placentas más grandes, lo que les garantiza un mayor acceso a los nutrientes y da lugar a lechones más grandes y sanos. Por el contrario, los embriones que se desarrollan tarde suelen formar placentas más pequeñas y, por lo tanto, tienen una disponibilidad limitada de nutrientes, lo que se traduce en un crecimiento deficiente, un peso inferior al nacer y mayores tasas de mortalidad.

Al inicio de la gestación, en particular durante las primeras cuatro semanas tras la concepción, una nutrición adecuada es esencial para favorecer un desarrollo placentario uniforme y minimizar las disparidades de crecimiento entre los embriones. Una intervención temprana con nutrientes equilibrados ayuda a sentar las bases para la homogeneidad de los lechones, al garantizar un crecimiento uniforme entre los hermanos de camada.

A medida que la gestación avanza hacia las últimas etapas, la atención se centra en maximizar el crecimiento fetal y lograr un peso óptimo al nacer de los lechones. Una nutrición materna adecuada durante este periodo es fundamental para mantener el crecimiento, y las estrategias de alimentación personalizadas desempeñan un papel clave para lograr los resultados reproductivos deseados. Al abordar las necesidades nutricionales específicas de las primeras y últimas etapas de la gestación, los ganaderos pueden favorecer el crecimiento de cada embrión y reducir la variabilidad dentro de la camada, lo que en última instancia fomenta un crecimiento más uniforme de los lechones y mejora los resultados reproductivos.

El impacto de la nutrición tras el destete en el rendimiento reproductivo

Pero la nutrición sigue siendo fundamental tras el nacimiento de una camada. La nutrición tras el destete es esencial para mantener la productividad a largo plazo. Tras el destete, las cerdas necesitan ayuda para recuperar su condición física y prepararse para futuros gestos. Una dieta equilibrada durante esta fase de recuperación no solo ayuda a restablecer la salud de la cerda, sino que también mejora la producción de leche, lo cual es vital para alimentar a las camadas actuales y garantizar un rendimiento reproductivo óptimo en el siguiente ciclo.

Una estrategia eficaz tras el destete es la implementación del «flushing», que consiste en aumentar la ingesta de alimento de la cerda tras el destete. Esta práctica acelera la recuperación y garantiza que las cerdas se encuentren en condiciones óptimas para la futura reproducción. Los piensos ricos en energía, especialmente los ricos en almidones y azúcares, desempeñan un papel crucial durante esta fase. Estos piensos ayudan a mantener la producción de leche y a regular las hormonas clave (como la insulina y el IGF-1), que son esenciales para el desarrollo folicular y el éxito reproductivo en general. Al dar prioridad a la nutrición tras el destete, los ganaderos pueden mejorar la eficiencia reproductiva y aumentar la productividad de sus explotaciones.

Conclusión

Optimizar la nutrición de las cerdas es más que una simple práctica de gestión: es una estrategia para el éxito en la cría de cerdos. Una nutrición adecuada a lo largo del ciclo reproductivo de la cerda, desde la gestación hasta el destete, favorece el crecimiento de los lechones, reduce la mortalidad y mejora la salud de las futuras camadas. Para hacer frente a retos como el bajo peso al nacer, el retraso del crecimiento intrauterino y las camadas desiguales, se necesitan soluciones nutricionales basadas en la evidencia. Productos como C-Vita de Agrimprove están diseñados para abordar los retos de la cría moderna de cerdos, ya que refuerzan la inmunidad materna, mejoran la calidad de la leche de las cerdas y garantizan la transferencia eficaz de inmunoglobulinas a los lechones. Además, C-Vita reduce de forma natural la prevalencia del Streptococcus suis, lo que favorece la salud de los lechones y mejora la eficiencia general de la explotación. Al invertir en las estrategias nutricionales adecuadas, los ganaderos pueden maximizar la productividad y obtener resultados consistentes.

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Marc Intven
Sales Manager