Por Vincent Jacquier (especialista en polifenoles)

La E. coli patógena, especialmente las cepas enterotoxigénicas, supone una amenaza persistente para la salud y la rentabilidad porcina. A pesar de los métodos de control actuales, los brotes siguen siendo habituales. La solución de fibra funcional de última generación, Vitafibra, ofrece un prometedor apoyo no antibiótico para la salud intestinal y el control de patógenos.

F4 y F18 pueden sonar como variantes de coches de Fórmula 1 o jugadas de ajedrez, pero en realidad son antígenos fimbriales de cepas de Escherichia coli enterotoxigénica (ETEC) que causan importantes pérdidas económicas en la industria porcina. Las infecciones por ETEC siguen siendo un desafío persistente, especialmente durante las fases neonatal y posdestete, cuando los lechones son más vulnerables. Estos brotes provocan una reducción del rendimiento del crecimiento, con una disminución de hasta un 28 % en la ganancia media diaria y un 20 % menos de eficiencia alimentaria (Duarte et al., 2023), un aumento de las tasas de mortalidad que alcanza el 70 % o incluso el 100 % en algunas camadas, y mayores costes de tratamiento, que suman más de 1,29 dólares por lechón. Los informes europeos indican que los brotes graves pueden reducir la rentabilidad de las explotaciones hasta en un 30 %, con pérdidas anuales estimadas en 134 euros por cerda en algunos rebaños europeos. Más allá del impacto financiero, los brotes aumentan la demanda de mano de obra, comprometen la salud del rebaño y elevan los costes de diagnóstico, especialmente con coinfecciones como el rotavirus o el Clostridium. En respuesta a la resistencia a los antimicrobianos, la UE ha prohibido el uso rutinario de antibióticos y promotores del crecimiento, impulsando alternativas sostenibles como la mejora de la bioseguridad, la vacunación selectiva y soluciones innovadoras sin antibióticos para garantizar un control eficaz de la E. coli y mantener la viabilidad de las explotaciones.

Vitafibra: una innovación revolucionaria en el control de la E. coli

Una de las innovaciones más prometedoras en estrategias no antibióticas es Vitafibra, una fracción de fibra específica desarrollada por Agrimprove para atrapar físicamente y eliminar bacterias patógenas como la E. coli en el tracto gastrointestinal. Estas fibras están diseñadas para actuar como receptores señuelo, lo que permite que los patógenos se adhieran a la fibra y no a los receptores de las células epiteliales, lo que conduce al desplazamiento del patógeno del tracto gastrointestinal. (figura 1).

Figura 1: Visualización por crio-SEM de E. coli atrapada dentro de una matriz compleja de fracciones funcionales de fibra fracciones de fibra funcional (Vitafibra, Agrimprove)

Se realizó un ensayo de adhesión in vitro de ETEC F4 utilizando células Caco-2 para evaluar el efecto de Vitafibra sobre la adhesión de ETEC F4. ETEC F4 se preincubó con un 0,2 % de Vitafibra antes de exponerlo a monocapas de Caco-2, y se cuantificaron las bacterias adheridas.

Los resultados muestran una reducción significativa en la adhesión de ETEC F4 cuando Vitafibra estaba presente (disminución de 0,7 log UFC/mL, P < 0,001), lo que indica que Vitafibra limita eficazmente la adhesión bacteriana a las células intestinales (figura 2).

Figura 2: Reducción in vitro de la adhesión de ETEC F4 tras la inclusión de Vitafibra.

Estos resultados se confirmaron en un estudio in vivo publicado (Tanghe et al., 2023), en el que los autores demostraron una reducción significativa de las poblaciones de E. coli a nivel cecal, con -1,19 log E. coli (P = 0,03; figura 3). Además, Vitafibra tendió a aumentar el ácido butírico cecal (10,4 frente a 19,1 mmol/kg; P = 0,07). Este enfoque no farmacológico ofrece una protección de amplio espectro sin contribuir a la resistencia a los antimicrobianos ni alterar la microbiota beneficiosa. Junto con las fibras dietéticas y prebióticas, las fracciones de fibra funcional proporcionan una sólida estrategia preventiva que complementa la bioseguridad, la vacunación y las intervenciones nutricionales, especialmente durante períodos de alto riesgo como el destete.

Caecum Control Vitafibra SEM P-value
Total bacteria (log 10)11.611.70.110.35
Lachnospiraceae (log10)10.811.00.190.16
Ruminococcaceae (log10)9.829.950.240.46
Bacteroides (log10)7.637.440.250.60
Bifidobacterium (log10)7.387.580.270.28
E.coli (log10)8.917.720.360.03
Figura 3: Abundancia relativa de familias bacterianas en el ciego de lechones 14 días después del destete, alimentados con o sin Vitafibra (Tanghe et al., 2023)

Estrategias complementarias para aumentar la protección

Prácticas de gestión y bioseguridad

Si bien Vitafibra proporciona una base sólida para la salud intestinal, el control de las infecciones por E. coli requiere un enfoque integrado que combine múltiples estrategias. Para controlar las infecciones por E. coli en las granjas porcinas, es esencial aplicar prácticas de gestión rigurosas y medidas de bioseguridad sólidas (Yun et al., 2020). Medidas como los sistemas de producción «todo dentro/todo fuera», la limpieza y desinfección exhaustivas entre lotes y el control estricto del movimiento del personal y los equipos ayudan a reducir la introducción y propagación de patógenos. Los factores ambientales como la temperatura, la humedad y la ventilación deben gestionarse cuidadosamente para minimizar el estrés, que puede comprometer las defensas inmunitarias de los lechones. Las estrategias nutricionales, que incluyen dietas con menor contenido de proteína bruta y mayor contenido de fibra, una calidad constante de los piensos y protocolos de destete gradual, también desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la integridad intestinal y la reducción de la susceptibilidad a las infecciones entéricas (Tang et al., 2024). A pesar de estos esfuerzos, siguen produciéndose brotes de E. coli, especialmente durante la fase posterior al destete, cuando los lechones son más vulnerables. Esto se debe a la capacidad de la bacteria para persistir en el medio ambiente y colonizar rápidamente el intestino en condiciones favorables. Por lo tanto, aunque la bioseguridad y la gestión son esenciales, no pueden garantizar una protección completa y deben integrarse con otros enfoques preventivos y terapéuticos para lograr un control más fiable.

Antibióticos: de piedra angular a último recurso

Los antibióticos han sido durante mucho tiempo fundamentales para tratar la E. coli en los cerdos. Pueden reducir rápidamente la carga bacteriana, aliviar los síntomas clínicos y prevenir infecciones secundarias, lo que los hace muy eficaces en situaciones de brotes agudos (Barros et al., 2023). Sin embargo, su uso generalizado ha provocado resistencia a los antimicrobianos, lo que supone una amenaza para la salud animal y pública. Actualmente, la normativa restringe su uso, especialmente para la promoción del crecimiento o la prevención rutinaria. Los antibióticos también alteran las bacterias intestinales beneficiosas, lo que afecta a la salud a largo plazo. Aunque siguen siendo útiles en situaciones de emergencia, su uso rutinario está disminuyendo, lo que ha provocado un cambio hacia alternativas no antibióticas.

La vacunación como parte de una estrategia integrada de control de E. coli

La vacunación proporciona una prevención específica, especialmente contra la E. coli enterotoxigénica (Moon et al., 1993). Las vacunas orales estimulan la inmunidad de las mucosas, mientras que las inyectables dirigidas contra los antígenos fimbriales (F4, F18) bloquean la adhesión bacteriana y reducen la diarrea posdestete. Cuando se adaptan a las cepas circulantes, las vacunas mejoran la salud del rebaño. Sin embargo, la eficacia es específica para cada cepa y la protección puede ser incompleta si hay múltiples variantes o variantes en evolución. Si bien la vacunación es una herramienta valiosa en los programas de salud integrados, no es una solución independiente y debe complementarse con otras medidas preventivas para garantizar un control sólido y fiable.

Ingredientes funcionales para piensos

Los ingredientes y aditivos funcionales para piensos han ganado popularidad como parte de las estrategias sin antibióticos para mejorar la salud y la resistencia intestinal. Los microorganismos beneficiosos vivos, como las especies Lactobacillus, Bacillus y Enterococcus, pueden ayudar a estabilizar la microbiota intestinal, mejorar la inmunidad de las mucosas y excluir de forma competitiva a las bacterias patógenas (Dubreuil, 2017). Los prebióticos, como la inulina y los FOS, promueven los microbios beneficiosos, mientras que los ácidos grasos de cadena media y los ácidos orgánicos reducen el pH intestinal y crean un entorno desfavorable para la E. coli (Gebhardt et al., 2019; Schokker et al., 2025). Para maximizar su eficacia, estas herramientas deben implementarse como parte de una estrategia integral de gestión de la salud.

Conclusión

En resumen, ninguna solución es suficiente por sí sola. El camino más eficaz para avanzar consiste en combinar estas herramientas en un programa de gestión de la salud coherente y basado en la ciencia. Entre ellas, las fibras funcionales como Vitafibra destacan como una innovación especialmente prometedora, ya que ofrecen una nueva capa de protección que se ajusta al cambio de la industria hacia una producción sostenible y sin antibióticos.

En resumen:

  • Mejora de las prácticas de gestión: esencial, pero generalmente insuficiente, especialmente en operaciones a gran escala.
  • Tratamientos con antibióticos: eficaces para las infecciones agudas, pero su uso excesivo contribuye a la resistencia a los antimicrobianos. Cada vez más restringidos y poco sostenibles para la prevención rutinaria.
  • Vacunación: Las vacunas específicas pueden reducir la incidencia, pero a menudo son específicas para cada cepa y pueden no ofrecer una protección amplia, además de requerir adaptaciones frecuentes para seguir siendo eficaces frente a la evolución de las cepas.
  • Ácidos grasos de cadena media (AGCM) y otros aditivos: favorecen la salud intestinal y reducen la colonización de patógenos, pero son más eficaces cuando se combinan con otras medidas.
  • Facciones de fibra funcional: fibras innovadoras que atrapan y eliminan patógenos como la E. coli. Independientes de la cepa y sin antibióticos, ofrecen apoyo preventivo durante las fases de alto riesgo, como el destete.

Referencias disponibles bajo petición.

Marc Intven
Sales Manager